Oniria creció sin vestidos
porque sólo los llevaba su madre
Oniria jugaba sola
porque su padre estaba solo
Oniria le cantaba a su hermano
porque no le escuchaba
Oniria jugaba en la bañera durante horas
Oniria creció tan rápido
que nadie se dio cuenta
Oniria se pone triste por las noches
porque ya nadie duerme con ella
Oniria echa de menos cuando el sol de verano se pone
porque recuerda
Oniria se araña
porque nunca tuvo gato
Oniria odia las despedidas
porque una vez jamás se despidieron de ella
y otra vez le dijeron adiós demasiadas veces
Oniria a veces no habla
por querer escuchar demasiado
Oniria a veces grita
por callar demasiado
Oniria tiene miedo
porque le enseñaron a no tenerlo demasiado temprano
Oniria se esconde
porque no sabe no hacerlo
Oniria adora la música triste
porque la alegría no le llena
Oniria se rompe a menudo
porque aprendió lo sencillo que era hacerlo y no sentir nada
Oniria habla sola
porque se escucha mejor que nadie
Oniria no duerme por las noches
porque alguien le contó el secreto de las madrugadas
Oniria viste de negro a veces
porque a veces está triste
Oniria se fascina cada día
porque todavía no se acostumbra al mundo
Oniria habla en sueños
porque siempre habla soñando