jueves, 29 de mayo de 2014

Delirio amanecer

Voy a escribir en muros toda mi tristeza
hasta que la lluvia borre parte de sus letras

martes, 27 de mayo de 2014

De noche en noche

No encuentro la hora para irme a dormir cuando te metes en mis noches más de noche.

¿Y si no dormimos más y sólo nos dedicamos a dormirnos, a gustarnos de noche, a descansar de nosotros?

lunes, 26 de mayo de 2014

Brindo

Las calles vuelven a tener nombre cuando las recorro contigo. Los caminos en metro tienen sentido de nuevo cuando son para verte.
¿Qué hora es ya? Las luces de los parques se han encendido y tú y yo aquí, comiéndonos las ganas y abrazándonos los besos.
Paseando de noche por la ciudad, todo parece más de nadie. Como un escenario sin actores, un teatro vacío. Las tiendas calladas nos cuentan secretos mientras nosotros tratamos de hacer de esa noche, la nuestra.
¿Dónde hemos estado en todo este tiempo? Aquel banco ayer no parecía tan bello.
Domingo, sábado, viernes, ¿qué más da? Es de noche y estamos aquí, y a besos los minutos se pasan hasta separarnos. Y volver y pensarte, y sentirte más que a mis manos.
Te escribiré hoy, ahora. Así te traeré a mi cama durante unas líneas.

domingo, 25 de mayo de 2014

Domingos y de nostalgia

Hoy está la nostalgia, es día de recordar. Me suenan en la cabeza, en el pensamiento, aquí dentro, vidas pasadas que nunca viví. Las recuerdo y revivo como si hubieran sido mías. Echo de menos las cosas que nunca sufrí, las alegrías que se quedaron pendientes, los rincones que nunca conocí. Me pesan en el alma como gotas de agua de nube condensadas.
Hoy, día de nostalgia oficial en mis vidas, pienso más de lo que toca. No sé por qué nací, si me lo preguntas. No sé ni en qué pienso cuando pienso. A veces vuelvo a lo que soy y hablo como si me reencontrara con el mundo. Como si quisiera reconciliarme con todo mi pasado, de pronto este viene danzando mientras Devendra suena y los soles salen y saludan al día. Viene el pasado, inquieto y orgulloso, elegante y distinguido, como un muerto sale de su tumba cuando nadie mira, con recelo a lo que ve, sabiendo que jamás volverá a ser suyo. Yo lo miro y me pregunto por qué vino, qué se ha quedado de él en todo lo mío que con una canción resurge y se pasea entre mis bailes.
Hay algo oculto en lo que se vivió, algo que los recuerdos esconden que hipnotiza y se queda en los huesos, como si tuvieran un imán en mis entrañas y al volver a mí yo fuese algo distinto a mí. Hay algo oscuro en la mirada de alguien que ya no mira que revela algo que nadie más puede revelarlo. Algo que te enseña cosas que la vida sola no puede.

Domingos que se llevan a la espalda, a cuestas. Aquí va uno.

Quédate luna

De aquí a dos lunas te querré. Ya verás.

Si no dejas de mirarme tanto, de escuchar los inicios de mi todo, de intuirme cuando me tienes cerca, de saber qué decirme, de pensarme, encantarme tanto, en dos lunas te querré.
Aunque la luna se quede quieta, sentada, cansada de menguar, amarilla o blanca, durante noches y noches allá en donde sea, te querré.
Aunque se caiga el cielo una noche y nos cortemos con sus pedazos, y me cojas de la mano para llevarme lejos o dejemos de vernos, te querré.

¿Qué más da si hoy no es noche para ser? Hagamos de todo, algo nuestro. 

viernes, 23 de mayo de 2014

Ve i va

Hoy es viernes. ¡Qué feliz, bello, exacto día para verte!
Allá detrás, entre sombras, me hablan fantasmas y estatuas. Yo, que a veces creo querer abrazarlas, las miro con ternura (no sabría odiarlas del todo; lo intenté) mientras ellas sólo me gritan, me duelen, me atraviesan lo poco que les dejo de mí. ¿Qué es esto? ¿No las amé como ellas no me amaron nunca? ¿No las amé hasta el día mismo que me mataron? Estatuas, calladas en mi mente durante meses, escuchándome morir, mirándome mientras lloraba, y veían que me iba con cada llanto, que caía al suelo con cada lágrima, que ya no estaba allí del todo, que me aferraba a sus brazos y ellas dejaban que dejara de querer ser. ¿De dónde viene tanto odio, tanto daño?
Entre canciones ahogo mis antiguos encuentros, me desvisto de sus impenetrables miradas mientras me hacen llorar de nuevo, las últimas veces ya. Las dejo atrás sin querer entender ya de dónde viene todo aquello que me lanzan mientras todavía me levanto.
Hoy es viernes, hace sol. Me levanté a las cuatro y trece y nos dimos los buenos días. ¡Qué feliz, bello día para estar contigo! ¡Qué exacto el destino que te trae del presente para que el pasado huya de mí!

miércoles, 21 de mayo de 2014

Incendios de nieve

Te he odiado desde cada acera. Te he tirado en cada viento. Te he ahogado en cada playa. Te he borrado en cada cine. Te he callado en todas las canciones. Te he llorado desde el principio. Te he contado a cada herida.

Todo te he hecho, todo para que te vayas. No te hablo, no te miro, no te digo lo que callo y arde, no te pienso. Todo, todo lo hago para verte lejos. Porque desde esta cama estás, en toda su extensión, a un lado. Y yo pegada a la pared, me duermo. Haciendo todo, todo lo que hago porque ya dejes de estar. Los finales, sentencias, están apoyados en una pared, mientras todo se deshace. Un gran incendio que quema el odio. Cae nieve, ahora que hace más frío. El viento trae las cartas.
Todo, todo lo que he hecho, de nuevo vuelve a mí, como en un horrible ciclo de encontrarte de noche entre mil personas. Y hablarte por miedo a morir de olvidarte.

Morir de olvidarte...

jueves, 15 de mayo de 2014

Durmiendo de ti: Fronteras

Hay fronteras y distancias. Lo nuevo y lo de antes. Los buenos días y lo que te los quita.

Hay caminos hacia el bus. Canciones para todo. Finales de músicas contados de noche. Baños de resurgir.

Hay números ocultos. Antiguas sonrisas ajenas, llantos ahora. Pena de lo que se deja.

Hay ilusiones de sábados a la una de la mañana. Un error del azar convertido en acierto. Un sol enorme por corazón.

Hay fronteras, fronteras del alma. Grandes muros de pasado que se deshacen por el tiempo y las nuevas gracias.
Fronteras que de noche, entre palabras y sueños, se nos caen de gustarnos tanto.
Y con canciones y un sábado por delante, me dices hasta mañana.

Y yo durmiendo, mientras tanto, de las fronteras y distancias que de noche son sólo metáfora.
Durmiendo de esto, de lo que pase, del mañana, del vivir.

Me gustas más ahora, de noche.

miércoles, 14 de mayo de 2014

Cuatro/Cuatro

Ya no más interrogantes al otro lado del precipicio.
Sentencio lo nuestro. Fin de los fines.

¿Conocerte a diario y querer huir siempre, a cada hora, ya no existe?
Levantándote de la muerte, hablándome ya sin atravesarme, desconociéndome lentamente. Creo que a veces gritas para alejarme. Yo doy gracias de que nunca hayas sabido verme. Ayer me alegré por primera vez en todo este antiguo destiempo de no serte tuya.
Las historias para no dormir ya no me funcionan aunque a veces hable para mí sobre las malas palabras, aquella biblioteca que te sirvió de despedida, el dolor que me metías siempre en la ropa cada vez que intentaba quererte más, los días horribles malqueriendo todo mi ser. Entonces el recuerdo duele. Después te miro, y no siento nada. Y todo brilla. Lo bello de los días, todo lo que jamás me has dejado ver a tu lado, de pronto aparece claro. Quiero quedarme para siempre aquí, ahora que ya respiro sin que me arda tu nombre en la boca y sin verte muerta. Soy permanente todavía, malas costumbres. Pero poco a poco, con todo esto nuevo que me viene y que me va, que me es y me soy, que -¡dilo ya!- me renueva el alma desde la herida aquella hasta el principio de un principio, matando los precipicios, los insomnios y sin más me sabe ver, dejo de ser permanente, de ser para siempre. Ahora soy, vivo. Y después, lo demás.

No sabría terminar sin decirte gracias. Eres el imperfecto contrario para el resurgir más perfecto.