martes, 23 de abril de 2013

Don´t die in me

Borrarte a base de miradas vacías.
Anoche fui yo misma. Me quise más que en todas las lágrimas de mi vida. No te esperaba, pero sólo porque sabía que no vendrías. Y es que nunca vienes, ¿lo ves?

Y antes de que estas palabras recorran tus ojos y desaparezcan de tu mente, regálame tu atención. Imagíname a tu lado, con la mirada perdida, sentada de cualquier manera. Imagíname como sueles encontrarme a diario y sin embargo como nunca te paras a mirarme. Tus muchas preocupaciones y despreocupaciones te alejan de mí y te mantienen viva. Te veo muerta constantemente, en cambio.

Gírate y mira a través de mí. Sabes que hay más, que hay mucho más. Sabes que no hablo en vano, sabes que no te miro en vano. Sabes que no me río en vano. Pero te pierdes. Te pierdes en tu pretenciosidad y en lo que has creado, a lo que llamas "yo".

Me levanto y voy a cualquier sitio. Camino sola. Me olvido de ti, de tu voz, de cómo gritas, de cómo hablas constantemente muchas veces sin decir nada. La ansiedad habla por mí cuando te pregunto cómo estás, esperando vacía tu respuesta. Incluso a veces te espero en mi interior. Suspiro, canto, me río. Pero por dentro ardo toda yo, incluso mi temperatura corporal aumenta. Te espero con todas mis ganas y con todas las canciones que tengo para regalarte. Pero tú nunca vienes. Algo en mi interior se quema.

Callando silencios entre nosotras. Esperando todavía que sepas por qué quiero que le demos vida a esa canción.

Me miras sonriéndome, y yo llorándote con la mirada. Y no vienes. Nunca te acercas para preguntarme si te necesito de verdad, si mi mundo se desvanece o si simplemente estoy aprendiendo a quererte. Nunca me esperas tú a mí. Sabes que mis manos se prenden, que mis sentimientos se incendian. Pero te quedas callada. Que me mires no me salvará.

A veces te llamo. Creo que dejaré de hacerlo. Nunca vienes.