lunes, 15 de diciembre de 2014

Hoy, quizás, allí,
la lluvia duela menos
y no se meta en los ojos.
Conmigo, quizás, tan lejos
olvides nuestro trato
y lo triste que soy.

En esta cama, seguro, ahora
vuelan horas de sueño
que son ya dolor.
Te escribo, mientras, y creo
que ya no escuchas
ni piensas en mí.

Y temo, de veras, temo
que no te quedes
hasta el fin.
Que esta lluvia que escuchamos
definitivamente se lleve ese viaje
y el otro.
Y yo ya no quiera esperar en la estación.
Ya no quiera enseñarte nada.
Temo.
Que dejes ir esta noche, que ya se ha ido, mientras no escuchas y llueve y olvidas lo triste que soy.

Hoy que llueve...