jueves, 3 de mayo de 2012

I'll find a way

Está tranquila.
Por fuera.

Las yemas de sus dedos llevan un rato sangrando a causa de mordérselas. Casi nunca se altera. No se permite liberarse, no permite que su voz destaque, que su palabra valga más, que tenga voz. Su complejo de inferioridad le acompaña desde los 10 años, junto con miles más. Mira hacia su alrededor. Intenta buscar algo que le aferre al día a día, que le motive para sobrevivir unas semanas más. Explica a alguien en quien confía cosas que no terminan de encajar, para ver si explicándolas, ella misma se aclara. Pero es inútil. Las malas palabras nunca perdonan, nunca se olvidan, nunca se van. Y más en algo que desde el principio se creyó verdadero y eterno, y que sigue siéndolo. Pero mientras las palabras salen de su boca, se cae y se pierde entre ella misma. Niega mil veces diciendo que no puede hacer más, que tiene límites. Pero no la escucha. Hay cosas que al salir de ti mismo, dejan de ser mundos, y se convierten en una simple oración compuesta llena de lágrimas que las simples personas que te oyen constantemente, no ven.
¿Por qué has tenido un día malo? ¿Quién te va a hacer a ti daño con una simple palabra? Tú que tanto soportas y tanto has escuchado por desgracia en el mundo que bien conoces y que detestas y amas, que tanto y tan poco sabes de lo que te duele. "Ya pasará."

Disculpa que se sienta tan vacía, pues no le sirven dos simples palabras. Todavía es débil, y más que lo será. Todavía es demasiado influenciable. Pero no la desprecies, no la infravalores. De verdad que ya lo hace más que mil de vosotros juntos. Pero nadie le grita. No consiente que le perturben. Sin embargo, sólo con un susurro, una triste palabra, todo su orgullo y su mejor risa desaparecen.




Y luego, ¿qué? ¿Por qué de pronto parece tan imposible, luego tan vacía, luego tan simple, luego tan dulce?




Su ansiedad ha cesado con algunas conversaciones. Por muchas que sean, intenta no ser tan vulnerable, y se repite las palabras que tanto ha escuchado desde su niñez. Pero algunas lecciones se han visto entorpecidas con el paso del tiempo, con la adolescencia, con su día a día, con la gente a la que no desea ver pero que sin embargo tiene que soportar en silencio... Sólo intenta seguir sobreviviendo y abrirse camino como pueda. Sabe que no necesita apoyo por mucho que piense que depende en exceso de las personas.