jueves, 26 de abril de 2012

You've got to dance little liar

Me avergüenzo y no sé por qué. Un paso más en un presente, cinco atrás cuando quiere. Aún lo leo y me persigue. O lo persigo yo, aunque sea en vano. Esperarlo en un banco, sentada, es inapropiado y lo sabemos y todos lo intuyen. Y unos metros se aproximan y me odian, y yo grito riéndome escandalosamente. De nuevo, en vano. Se abre una grieta en mi esperanza y desaparece junto con la blancura de una sonrisa. Y yo, me tumbo y me quejo de la forma más infantil posible, mientras lo más dulce del aire que mueve mi pelo me calma y me dice al oído que no hay otro hoy, ni otro sentido a todo esto. Me sumerjo en el jamás y en lo que un día existió.


Siento, pero cada vez menos.