lunes, 9 de junio de 2014

8/XII/13, 20:34



Primer día de estar muerta.

Las ventanas cuentan que hace mucho frío fuera. Nadie quiere irse demasiado lejos. Los que quieren, acabarán por desaparecer y entonces será inútil esperar que sea de otra manera.
Mi cuerpo está en un quinto esperando que el frío entre en mi pequeña anarquía.
Creo que todavía espero que alguien vuelva y se siente a preguntarme qué escribo.
A nadie le interesan ya los escritos. Todos vienen y van como desubicados, sin destino, preguntando por hechos mortales que no alcanzo a concebir en mi sentido de la importancia.

Quiero morir joven, de vejez. De peso, de mucho amor.

Quiero morir de vida.

Las únicas palabras que pretenden socorrerme me hunden todavía más.
Es imposible volver a respirar. Las lágrimas me ahogan en mi propia desgracia. Nadie me escucha ya.

Quiero morir, y muero en vano.