Todo estaba controlado.
Te bebiste todo el café y yo fumé por los dos.
Después el tiempo aquí y allá, y luego lo del atardecer y estar lejos de casa. Y un camino a casa por pensar, yo con Devendra en los bolsillos.
Pero siempre controlado.
Lo veía como ajena, de la mano de alguien, mirando al cielo.
Y no, no quiero hacerlo a tu manera. Ni hacerte perder el tiempo. Pero somos jóvenes. Éramos jóvenes, cariño.
Y estamos bajo (des)control.